Hace unas semanas atrás murió un trabajador, producto de una descarga eléctrica cuando realizaba sus labores en una pollería ubicada al lado del Palacio de Gobierno, la noticia salió en casi todos los medios de comunicación. El fallecido se llamaba Romel Mael Silva Rafael, tenía tan solo 19 años, se desempeñaba como cocinero en dicho establecimiento, según sus compañeros de trabajo el local se encontraba en condiciones muy riesgosas para los propios trabajadores. Se tuvo que comprobar ello, con la muerte de este trabajador. 

A los pocos días de este hecho lamentable, el local donde funcionaba la pollería fue clausurado por no contar con las medidas de seguridad. No se tiene ninguna noticia más, y lo más probable es que ello continúe así. Ninguna publicación en el Face o Twitter por parte de los grandes embajadores de la cocina peruana, nada de nada.

No se sabe quién era el dueño o dueños de la pollería, no se sabe que hizo el Ministerio de Trabajo al conocer esta noticia, no se sabe si la pollería corrió con los gastos de la defunción, teniendo en cuenta que el trabajador no estaba registrado en planilla, ni contaba con seguro social, no se sabe cómo quedo la familia del trabajador, no se sabe si el dueño o el gerente fueron denunciados por esta muerte. Los medios solo publicaron la muerte y punto, de lo demás (qué es muy importante) no se sabe nada.

Lo que sí sabe, pero pretenden ocultar es que en el Perú y en los lugares donde el control del estado a las empresas es casi nulo porque según la “lógica de los yuppies” no se puede controlar mucho porque se ahuyenta a la inversión, nos encontraremos casi siempre con este tipo de situaciones. Tuvo que morir un joven, que quizá se encontraba muy ilusionado con el boom gastronómico y el rollo de los grandes emprendedores, y de repente esto lo motivó a silenciar las condiciones en las que trabajaba (sin contrato, sin seguro, sin cts, sin fondo de pensiones) con el fin de adquirir experiencia y de ahí, emprender nuevos rumbos por su cuenta. Una gran tragedia que padecen miles de ciudadanos en nuestro país.

En nuestro país y en gran parte del mundo, los medios de comunicación y gran parte de la clase política se encuentran electrocutados con una corriente que oculta lo importante, que le pone buena fachada a lo ridículo y vergonzoso. Se encuentran electrocutados con esa corriente que viene de los grandes empresarios o grandes emprendedores (como quieren que sean llamados hoy). Esa misma corriente viene electrocutando a gran parte de la ciudadanía haciéndoles creer que no se deben exigir mejores salarios, ni mejores condiciones de trabajo, que eso es malo por que espanta a los grandes y las cifras económicas del país bajaran. Les dice que todo debe privatizarse, que ahora tienen oportunidades para tener varias tarjetas de crédito y financiar todo lo que quieran comprar, así se adeuden hasta el último de sus días.

Hoy nos encontramos electrocutados por esa corriente que se encuentra en casi todos lados: medios de comunicación, centros de educación, centros de labores, etc. La receta para no seguir electrocutado sería comenzar a sentir ASCO por lo que esconde esa corriente. A partir de ello, se podrían generar acciones de solidaridad que en el tiempo apaguen y pongan fin a esa corriente que mata.